Este aceite ha ganado atención debido a sus características únicas y múltiples beneficios para la salud y la industria alimentaria.
El cultivo de palma de aceite podría ser uno de los más criticados del mundo, pues, si bien representa una fuente importante de ingresos y empleo en muchas regiones, también conlleva algunos riesgos, principalmente para el medio ambiente. Es por esto, que la producción de aceite de palma en los llanos Orientales colombianos ofrece una ventaja importante en la protección del medio ambiente, al no haberse requerido la deforestación de bosques. Adicionalmente, en Colombia, desde hace tres décadas, se viene trabajando con un tipo de semilla que mejora las condiciones de producción, resistencia y calidad. De esta semilla germina la Palma Alto Oleico que nace de un cruce de una Palma Oleífera Amazónica con la Palma Aceitera tradicional, mejorando la resistencia a enfermedades y plagas y trayendo beneficios y calidades innovadoras para el sector.
El mejor aliado para la industria alimentaria.
mejor las altas temperaturas de cocción, sin degradarse ni formar compuestos dañinos, lo que lo hace ideal para freír y hornear a temperaturas elevadas.
El aceite alto oleico cuenta con beneficios para la salud y nutrición por su alto contenido de fitonutrientes, como los tocoferoles, que funcionan como un fuerte antioxidante, mejoran la salud cardiovascular y la neuroprotección, y los carotenoides, que mejoran el sistema inmune y la salud visual. “Un ejemplo es el aceite rojo Noli, que cuenta con altas cantidades de fitonutrientes ideal para aderezar ensaladas y como una opción diferente y costo eficiente al aceite de oliva”, explicó Herrera. Ahora bien, el aceite Palmalí es perfecto para las frituras profundas, ya que su característica de ser a base de palma alto oleico 100 % puro y colombiano le brinda un alto rendimiento para las cocinas de restaurantes, “donde se logra tener hasta un 30 % más de rendimiento, ya que posee una alta resistencia a la oxidación, permitiendo una vida útil prolongada y el sabor natural de los alimentos”.
Impulsando la agricultura regenerativa, la responsabilidad ambiental y la innovación
Esto ha permitido que los residuos del fruto de la palma vuelvan de nuevo al campo en forma de fertilizantes naturales, lo que mejora la calidad del suelo y reduce el uso de agroquímicos. “Esperamos ser la primera opción para clientes que tengan como prioridad la sostenibilidad, la regeneración y la resiliencia”, destacó el CEO.
De igual manera, en conjunto con sus socios proveedores Guaicaramo y Hacienda La Cabaña, se desarrolló una iniciativa para mejorar la reducción de la huella de carbono, lo que permitió que durante 2022 se disminuyeran más de 30.000 toneladas de CO2 en la plantación.
Un ejemplo de la forma para lograr esta reducción fue a través del carpado de varias piscinas de oxidación que permiten la captura de gas metano, el cual funciona para cogenerar energía que es utilizada en los procesos de las plantaciones.
A esto se suma el proyecto para recolectar aceite de cocina usado y darle uso energético para la generación de biodiésel de segunda generación. Y usando mejores prácticas de riego en campo y manejo de efluentes en las plantas de extracción y refinación, se disminuyó la huella hídrica y se impulsó el cuidado de la biodiversidad y de especies protegidas RAP (raras, amenazadas y en peligro).
Así las cosas, los productos de Del Llano Alto Oleico se convierten en una opción nutritiva, saludable y de calidad para alimentar a los hogares colombianos e impulsar la industria alimentaria con productos colombianos, naturales y con certificaciones como RSPO, APSCO, NON-GMO, ISCC y KOSHER, entre otros.
Asimismo, su semilla y cultivo representa una oportunidad para controlar la deforestación, la degradación de suelos y recursos hídricos e impulsar procesos productivos que apoyen la responsabilidad ambiental y social en la región.